En
la India, la astrología (Jyotisha) se desarrolló en paralelo,
profundamente ligada al hinduismo y a los Vedas. Aunque influida en
parte por la astrología helenística (especialmente a partir del siglo I
d.C.), el Jyotisha conserva una identidad distintiva. Se basa en el Zodiaco sidéreo, que refleja las posiciones reales de las constelaciones, y no en el punto vernal como la astrología tropical.
El enfoque es eminentemente kármico y espiritual, centrado en el dharma, la misión del alma y la comprensión del karma acumulado. Utiliza herramientas propias como los nakshatras (27 mansiones lunares), los dashas (períodos planetarios), y el análisis de múltiples divisiones de la carta natal (vargas o cartas armónicas).
Mientras la astrología occidental evolucionó hacia lo psicológico en los siglos XX y XXI, el Jyotisha mantuvo una estructura determinista,
aunque con espacio para los remedios astrológicos (mantras, piedras,
rituales). Durante la Edad Media, la astrología fue preservada y
enriquecida por el mundo islámico, que la refinó con matemáticas,
efemérides y técnicas como las profecciones y la revolución solar. En Europa, renace en el Renacimiento con figuras como Ptolomeo, Ficino y Kepler, combinando ciencia, arte y espiritualidad.
Sin
embargo, con la Ilustración y el avance del racionalismo, la astrología
fue marginada como superstición. No fue hasta el siglo XX que renació
con fuerza gracias a Carl Jung, quien le dio una base psicológica y simbólica, integrando la astrología con el estudio del inconsciente.
Surgen así corrientes modernas como la astrología humanista, la astrología evolutiva, y la astrología transpersonal,
que se enfocan en el crecimiento del alma y la transformación de la
conciencia. En el siglo XXI, vivimos una época de síntesis. Las
barreras entre sistemas se diluyen: muchos astrólogos occidentales usan
elementos védicos, y viceversa. El acceso a software, inteligencia
artificial y big data ha transformado la práctica astrológica, mientras
movimientos como la astrología galáctica, uraniana o cuántica exploran
dimensiones antes ignoradas.
La astrología contemporánea busca integrar espiritualidad, ciencia, y consciencia, interpretando los ciclos cósmicos como parte de un despertar colectivo. No se trata ya solo de predecir, sino de comprender, sanar y evolucionar.